Seguros de salud para personas con cáncer

Superar un cáncer o enfrentarse a un diagnóstico oncológico plantea muchas dudas sobre los seguros. ¿Es posible contratar un seguro médico privado si tengo cáncer? ¿Cubre el seguro tratamientos costosos como la quimioterapia? ¿Qué compañías ofrecen pólizas específicas para pacientes oncológicos? En este artículo respondemos estas y otras preguntas, explicamos las condiciones especiales para contratar seguros con antecedentes oncológicos y revisamos las opciones que ofrecen las principales aseguradoras.

¿Puedo contratar un seguro de salud privado si tengo cáncer actualmente?

Contratar un seguro médico privado una vez que ya se ha diagnosticado un cáncer es muy complicado. Las compañías de seguros de salud suelen excluir las enfermedades preexistentes (aquellas que el cliente ya padece antes de contratar la póliza). En la práctica, esto significa que si actualmente tienes un cáncer, ninguna aseguradora cubrirá esa enfermedad dentro de un nuevo seguro médico. Las posibilidades son limitadas:

  • Algunas aseguradoras directamente rechazan la solicitud de nuevos clientes que estén en medio de un tratamiento oncológico activo, debido al alto riesgo y coste que implica cubrir esa enfermedad.

     

  • Otras podrían aceptar al cliente incluyendo una cláusula de exclusión específica para ese cáncer y sus complicaciones. Es decir, podrías contratar el seguro para otras eventualidades de salud, pero cualquier gasto relacionado con tu cáncer actual no estaría cubierto por la póliza.

     

En resumen, si ya tienes cáncer, un seguro de salud privado no financiará tu tratamiento oncológico en curso. En estos casos, lo habitual es apoyarse en la sanidad pública (que en España cubre integralmente la asistencia oncológica) o costearse el tratamiento por cuenta propia si se busca alguna terapia privada específica. Los seguros médicos privados están pensados para contratarse antes de tener enfermedades graves, de modo que cubran futuros diagnósticos inesperados, pero no cubren enfermedades ya diagnosticadas.

¿Y el seguro de vida? En cuanto a los seguros de vida, ocurre algo similar: durante una enfermedad de cáncer activa es prácticamente inviable contratar una nueva póliza de vida. Las aseguradoras de vida evaluarán el riesgo de fallecimiento, y mientras el cáncer esté presente o en tratamiento, normalmente rechazarán asegurar al solicitante (o ofrecerán condiciones muy gravosas). Por lo tanto, lamentablemente no es posible obtener un seguro de vida convencional en pleno proceso oncológico.

Isometric heart and stethoscope on health insurance contract document

¿Puedo conseguir un seguro médico si he padecido cáncer y estoy recuperado?

Si has superado un cáncer y te encuentras en remisión, sí es posible contratar un seguro de salud privado, aunque las condiciones pueden variar según el tiempo transcurrido desde el tratamiento y la política de cada aseguradora. Aquí distinguimos dos escenarios:

  • Menos de 5 años desde la remisión:
    Antes de 2023, las aseguradoras solían analizar con lupa los antecedentes oncológicos. Si llevas poco tiempo libre de la enfermedad (por ejemplo 1, 2 o 3 años), es probable que la compañía te pida informes médicos y evalúe el riesgo de recaída. En muchos casos, podrían aceptar asegurarte con exclusiones: es decir, te ofrecerán la póliza pero excluyendo la cobertura de cualquier recaída del cáncer anterior u otros problemas vinculados. También podrían aplicar primas más altas de lo normal debido a ese antecedente. Algunas compañías directamente podrían posponer la contratación hasta que pase más tiempo de tu recuperación. Todo depende de su criterio de suscripción de riesgos.
  • Más de 5 años desde la remisión:
    A partir del quinto año sin recaídas, la situación mejora considerablemente gracias a la nueva ley del olvido oncológico. En junio de 2023, España aprobó una normativa que prohíbe a las aseguradoras discriminar a quienes superaron un cáncer hace más de 5 años. Esto significa que, si tu tratamiento oncológico finalizó hace cinco o más años y no has tenido recaídas, no están permitidos los recargos ni exclusiones por ese antiguo cáncer. De hecho, para seguros de vida ni siquiera tendrás la obligación de declarar que padeciste cáncer una vez superado ese periodo. En seguros de salud, la ley también impide negarte cobertura o imponerte condiciones más gravosas por ese antecedente. En otras palabras, después de 5 años de superar el cáncer tienes derecho a ser tratado como cualquier otro cliente, contratando tu seguro en igualdad de condiciones.

¿Cubre el seguro de salud los tratamientos oncológicos (quimioterapia, radioterapia, cirugía...)?

Sí. Los seguros de salud privados en España suelen cubrir la mayoría de los tratamientos médicos relacionados con el cáncer, siempre que la póliza esté vigente antes del diagnóstico (y cumplidos los periodos de carencia correspondientes). En general, las coberturas oncológicas incluidas en un seguro médico completo abarcan:

Cirugía oncológica:

Las intervenciones quirúrgicas para extirpar tumores o tratar cánceres están cubiertas como cualquier otra cirugía mayor, incluyendo la hospitalización, honorarios quirúrgicos, gastos de quirófano y UCI si es necesario.

 

Hospitalización y cuidados hospitalarios:

La estancia hospitalaria por tratamientos de cáncer (cirugía, quimioterapia intravenosa, etc.) está incluida, normalmente sin límite de días o hasta el máximo anual de la póliza. Las pólizas cubren habitación de hospital (frecuentemente con cama para un acompañante) y todos los servicios médicos durante el ingreso.

Quimioterapia médica

Los ciclos de quimioterapia están cubiertos al 100% dentro de los centros y oncólogos del cuadro médico concertado. Esto incluye los medicamentos citostáticos administrados en hospital de día o planta, el material fungible y las sesiones necesarias según prescripción. 

Nota: Las pólizas suelen requerir autorización previa para cada ciclo de quimioterapia, dado el alto coste, pero una vez autorizada se cubre íntegramente. Los fármacos orales o de uso ambulatorio también pueden estar cubiertos si forman parte del protocolo oncológico indicado por el especialista.

Radioterapia:

Igualmente cubierta, incluyendo modalidades como radioterapia externa convencional, braquiterapia, e incluso técnicas avanzadas (como radioterapia con acelerador lineal, tomoterapia, etc.) siempre que estén disponibles en el cuadro médico de la aseguradora. Al igual que la quimio, suele requerir aprobación previa pero queda incluida sin coste para el paciente.

Tratamientos específicos avanzados:

Muchas aseguradoras hoy incluyen terapias innovadoras aprobadas, como la hormonoterapia para cánceres hormonodependientes, inmunoterapia (uso de fármacos inmunológicos), dianas terapéuticas dirigidas (medicina de precisión con biomarcadores) e incluso pruebas genéticas para personalizar el tratamiento. 

Por ejemplo, Adeslas cubre tests genómicos como Oncotype DX en cáncer de mama inicial para decidir necesidad de quimioterapia, y Axa ha incorporado cobertura para tratamientos de última generación en ciertos cánceres comunes, reforzando su compromiso con la lucha contra el cáncer.

Medicamentos oncológicos:

Todos los fármacos administrados durante la atención hospitalaria o en clínica (quimioterápicos, contrastes, analgésicos, etc.) están cubiertos. Algunos seguros incluyen también reembolso de medicamentos oncológicos ambulatorios de alto coste si así lo prescribe su oncólogo, aunque esto varía por póliza.

 

Otras terapias asociadas:

Tratamientos complementarios como rehabilitación tras cirugías (por ejemplo, fisioterapia del brazo tras una mastectomía), terapia ocupacional, nutrición oncológica y psicología también pueden estar contemplados. Varias compañías ofrecen apoyo psicológico al paciente con cáncer y sus familiares dentro de la cobertura, reconociendo la importancia de la salud mental durante el proceso. 

Por ejemplo, Axa Seguros incluye atención psicológica para asegurados oncológicos sin coste adicional, como parte de sus mejoras de cobertura enfocadas al bienestar emocional del paciente.

Es importante tener en cuenta el periodo de carencia: la mayoría de seguros de salud establecen un tiempo mínimo desde el alta de la póliza hasta poder usar ciertas coberturas costosas, entre ellas los tratamientos oncológicos. Lo habitual son entre 6 y 10 meses de carencia para quimioterapia, radioterapia y grandes cirugías

Por ejemplo, en Adeslas la quimioterapia y la radioterapia oncológica tienen 8 meses de carencia; en Sanitas estos tratamientos son considerados “métodos terapéuticos complejos” con una carencia de diez meses. Esto significa que, si contratas un seguro hoy, no podrías acceder a tratamientos contra el cáncer hasta transcurrido ese plazo inicial (salvo que se trate de una urgencia vital inesperada, en cuyo caso algunas pólizas podrían adelantar coberturas).

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Una vez superado el periodo de carencia, el seguro cubrirá plenamente los gastos del cáncer diagnosticado durante la vigencia de la póliza. En la práctica, con un buen seguro privado puedes acceder a consultas de oncología, pruebas diagnósticas (analíticas, biopsias, TAC/PET, etc.), cirugías oncológicas, hospitalización, quimioterapia, radioterapia y seguimiento, todo ello en hospitales privados de prestigio. Aseguradoras como Sanitas incluso cuentan con unidades especializadas en cáncer dentro de sus propios centros (por ejemplo, unidades de mama, de oncología infantil, etc.), facilitando un enfoque integral. También suelen ofrecer segunda opinión médica internacional, por si el paciente desea contrastar el diagnóstico o el plan de tratamiento con expertos de renombre mundial (a menudo en EE.UU. o Europa). Este servicio de segunda opinión está incluido en muchos seguros de salud de calidad – por ejemplo, Aura Seguros lo integra para enfermedades graves como el cáncer dentro de sus pólizas de salud, sin coste extra.

En cuanto a límites económicos, la mayoría de seguros médicos de gama alta en España ofrecen cobertura ilimitada en gastos médicos (o límites muy elevados) para tratamientos oncológicos. Algunas pólizas más básicas podrían tener techos anuales (por ejemplo, 100.000€ al año en gastos) pero suelen ser suficientes para cubrir la mayoría de tratamientos estándar. Conviene revisar las condiciones de cada seguro: procedimientos muy innovadores o experimentales podrían no estar cubiertos si no están aún aprobados en protocolos habituales.

¿Qué aseguradoras ofrecen las mejores coberturas oncológicas o seguros específicos para cáncer?

En España, prácticamente todas las aseguradoras de salud privadas cubren el cáncer en sus pólizas médicas completas, pero algunas destacan por ofrecer coberturas oncológicas más amplias o productos específicos orientados a esta enfermedad. A continuación repasamos brevemente las opciones de algunas compañías destacadas:

Adeslas (SegurCaixa Adeslas):

Sus seguros (como Adeslas Plena) incluyen oncología con cobertura de quimioterapia, radioterapia, cirugía y hospitalización, sujetas a la carencia de 8 meses mencionada. Adeslas colabora con numerosos hospitales privados de referencia en oncología a nivel nacional. Ofrece prestaciones como las pruebas genéticas Oncotype y Mammaprint para personalizar tratamientos de cáncer de mama. Aunque Adeslas no vende un “seguro de cáncer” independiente, sus pólizas generales de salud cubren ampliamente esta enfermedad una vez eres cliente. Eso sí, no admitirán en la póliza lesiones o patologías preexistentes sin exclusión, tal como ocurre con cualquier aseguradora.

Sanitas

Sanitas

Su seguro Más Salud cubre todos los tratamientos oncológicos con carencia de 10 meses para quimio/radio. Sanitas ha sido pionera en incorporar nuevas terapias y ensayos clínicos a sus prestaciones cuando están avaladas. También ofrece seguimiento post-tratamiento, programas de detección precoz (mamografías, colonoscopias preventivas en ciertas edades) y soporte emocional al paciente. No dispone de un seguro monográfico de cáncer, pero sí complementos: por ejemplo, ofrece un seguro de indemnización por cáncer opcional en algunos paquetes, que pagaría una cantidad si se diagnostica cierta gravedad, aunque su producto principal es la cobertura asistencial.

DKV

DKV Seguros:

Destaca por sus coberturas adicionales para casos graves. Además del seguro médico habitual (DKV Integral), dispone de un producto específico llamado DKV Mundicare, pensado para enfermedades graves. DKV Mundicare actúa como un seguro complementario que cubre gastos de tratamiento médico especializado en el extranjero hasta 2.000.000 € si el paciente sufre patologías muy severas (incluyendo cáncer). Esto cubriría, por ejemplo, acudir a un centro internacional puntero (como MD Anderson Cancer Center) si fuera necesario un tratamiento no disponible localmente. Suele incluir reembolso para medicamentos innovadores y ofrece orientación médica 24h y segunda opinión con especialistas mundiales en cáncer.

AXA:

Los seguros de salud de AXA han incorporado en años recientes coberturas específicas para reforzar la prevención y tratamiento del cáncer. Desde 2021, AXA incluye en todas sus pólizas prestaciones como programas de diagnóstico precoz (por ejemplo, revisiones urológicas anuales para hombres >50 años con PSA, o mamografías anuales para mujeres >40), todo sin autorización previa. En el tratamiento, AXA cubre técnicas avanzadas de oncología, habiendo anunciado la inclusión de terapias dirigidas de última generación (p.ej. medicamentos de diana molecular para cáncer de pulmón, mama, etc., según protocolos aprobados). Asimismo, AXA ofrece apoyo integral: desde cobertura psicológica para pacientes y familiares hasta servicios de bienestar durante la convalecencia. No tiene un seguro separado solo de cáncer, pero ha potenciado que sus seguros de salud ordinarios abarquen “de principio a fin” la enfermedad, incluyendo aspectos preventivos, curativos y paliativos.

Generali:

Esta aseguradora multinacional comercializa seguros de salud con opciones específicas para enfermedades graves. En salud, Generali ofrece la póliza “Salud Enfermedades Graves”, que se centra en cubrir gastos médico-hospitalarios elevadísimos derivados de dolencias graves como el cáncer. Dependiendo de la modalidad, puede cubrir hasta 500.000€ o 1.000.000€ en gastos sanitarios, incluyendo tratamientos oncológicos punteros, prótesis, y hospitalización prolongada. Es una póliza independiente pensada para complementar un seguro médico base o para quien quiera protección financiera extra ante un posible cáncer u otra enfermedad seria.

Aegon:

Una de sus propuestas más destacadas es un seguro oncológico específico. Por ejemplo, Aegon Contigo es un seguro orientado exclusivamente al cáncer de mama femenino: por una prima desde unos 5€ al mes, garantiza el pago de 30.000 € al diagnosticar un cáncer de mama (incluso en fases iniciales) y añade servicios de ayuda a domicilio, apoyo psicológico y segunda opinión internacional. De forma similar, Aegon comercializa un seguro para hombres enfocado al cáncer de próstata con una indemnización en caso de diagnóstico. Estos seguros no cubren los gastos médicos en sí (no son asistencia sanitaria), sino que dan un capital económico para que la paciente lo use en lo que necesite (tratamientos, medicinas no cubiertas, desplazamientos, sustitución de ingresos laborales durante la baja, etc.). Son pólizas de enfermedades graves muy específicas.

Aura Seguros

Aura Seguros:

Aunque no cuenta con un seguro oncológico específico, su seguro de salud general permite acceder a atención oncológica básica, incluso para personas con cáncer activo o antecedentes. Ofrece cobertura para consultas de oncología, pruebas diagnósticas y tratamientos ambulatorios como quimioterapia o radioterapia dentro de su cuadro médico concertado, con un límite anual de gastos según la modalidad contratada. No cubre hospitalización ni cirugía mayor, pero destaca por su política de aceptación sin exclusiones por enfermedades preexistentes y sin periodos de carencia, lo que permite su uso inmediato. Además, incluye servicios como segunda opinión médica ante diagnósticos graves (incluido el cáncer) y orientación médica 24h, lo que lo convierte en una opción accesible para quienes buscan un respaldo privado sin restricciones de salud.

Otras aseguradoras

Mapfre Salud cubre tratamientos de cáncer sin límite anual en sus pólizas de gama alta, y cuenta con acuerdos con centros especializados a nivel nacional. Asisa dispone de un amplio cuadro de oncólogos y clínicas (colabora intensamente con MD Anderson Madrid y otros centros punteros). Cigna y Allianz se orientan más al mercado de seguros de empresa o expatriados, pero igualmente incluyen la cobertura oncológica dentro de sus planes médicos internacionales, y Allianz incluso ofrece su producto específico Allianz Avenue con hasta 2,5 millones € para tratamientos de cáncer u otras patologías graves.

Pólizas específicas: seguros oncológicos monográficos y seguros de enfermedades graves

Además de los seguros de salud tradicionales, en el mercado español existen seguros específicos orientados a cubrir el cáncer u otras enfermedades graves de forma dedicada. Estos productos pueden contratarse como complemento a un seguro médico o de vida, o de forma independiente, y están diseñados para brindar una protección extra ante diagnósticos graves. Los tipos más comunes son:

  • Seguros oncológicos de indemnización:
    Son pólizas que se enfocan en un tipo de cáncer concreto o en cáncer en general, y ofrecen el pago de una indemnización fija al ser diagnosticado. El ejemplo ya citado es Aegon Contigo (cáncer de mama) con 30.000€ de suma asegurada. Otro caso: algunas aseguradoras lanzan productos para cáncer femenino (mama, útero, ovario) o masculino (próstata, testículos) que abonan un capital (20.000€, 30.000€ o más) si el asegurado es diagnosticado de uno de esos cánceres cubiertos. También suelen incluir servicios de soporte (segunda opinión, asesoramiento médico, orientación psicológica).

    Ventaja: aportan liquidez inmediata para afrontar gastos no cubiertos o compensar pérdida de ingresos durante el tratamiento.

    Inconveniente: no pagan nada si nunca sufres el cáncer cubierto (son como un seguro de riesgo puro) y están limitados a ese evento específico. Además, no costean directamente los tratamientos; el paciente debe seguir usando su seguro de salud o la sanidad pública para tratarse, y usar el dinero de la indemnización según necesite.
  • Seguros de enfermedades graves (gastos médicos):
    Aquí se engloban productos como Generali Salud Enfermedades Graves, DKV Mundicare, Allianz Avenue, etc. A diferencia de los anteriores, estos sí cubren gastos médicos pero actúan más como suplemento de un seguro de salud. Su cobertura suele ser del tipo: hasta X euros de gastos pagados si al asegurado le diagnostican alguna de las enfermedades graves listadas (que incluyen casi siempre cáncer, infarto, ictus, trasplante de órgano, insuficiencia renal terminal, esclerosis múltiple, etc.).

    Por ejemplo, la póliza de Generali mencionada cubre hasta 500.000€ o 1.000.000€ en gastos derivados de cáncer u otros males graves, pagando directamente a los proveedores médicos. DKV Mundicare llega incluso a 2.000.000€ y está pensado para costear tratamientos en el extranjero si hiciera falta. Estas pólizas suelen cubrir aspectos como: honorarios médicos, hospitalización en centros especializados fuera del cuadro de tu seguro base, desplazamientos y alojamiento para paciente y acompañante si debes viajar a tratarte (por ejemplo, ir a un centro internacional líder), gastos de prótesis especiales, rehabilitación extensa, etc.

    Ventaja: te garantiza fondos suficientes para acceder a tratamientos de vanguardia o en países extranjeros sin arruinarte, complementando lo que cubre tu seguro normal.

    Inconveniente: su prima puede ser relativamente alta, y para ser elegible debes contratarla antes de padecer la enfermedad (no te van a admitir si ya tuviste el cáncer, generalmente). Además, muchas veces actúan como reembolso (pagas y luego te reembolsan hasta el límite) y requieren trámites para aprobar ciertos gastos.
  • Seguros de renta por enfermedad grave:
    Otra variante menos común es aquella que, ante el diagnóstico de cáncer u otra enfermedad seria, comienza a pagarte una renta mensual durante cierto tiempo. Es similar a la indemnización única, pero fraccionada. Su finalidad es sustituir tus ingresos si debes dejar de trabajar por la enfermedad. Algunos seguros de vida incluyen esta opción como adicional.

En todos los casos de seguros específicos, es fundamental leer qué definición de cáncer usan (por ejemplo, muchas pólizas pagan la indemnización solo si es un cáncer invasivo o en estadío avanzado, no por carcinomas in situ muy iniciales, salvo que se especifique lo contrario). También qué exclusiones aplican (a veces excluyen cánceres de cierta naturaleza, o imponen edad máxima de contratación, etc.).

Estos productos especializados no son imprescindibles, pero pueden dar tranquilidad extra a quienes desean la máxima protección financiera ante la posibilidad de un cáncer. Por ejemplo, una familia con antecedentes genéticos fuertes de cáncer podría contratar un seguro de enfermedades graves para asegurarse de tener recursos si sucede lo peor. O alguien con seguro médico básico podría agregar un seguro oncológico para contar con dinero en caso de diagnóstico. La tendencia del mercado es que cada vez más compañías ofrezcan este tipo de coberturas, dado el aumento de la supervivencia al cáncer y la demanda de protección asociada.

En resumen, las personas con cáncer – ya sea en activo o superado – tienen opciones de aseguramiento en España, aunque con matices importantes. Un paciente recién diagnosticado deberá apoyarse principalmente en la cobertura pública o preexistente, ya que no hallará un salvavidas en un nuevo seguro privado para costear su tratamiento actual. En cambio, quienes están en remisión podrán volver a planificar su futuro con seguros de salud y vida, sobre todo una vez alcanzado el umbral de cinco años que les permite ser tratados sin discriminación por las aseguradoras. Con las coberturas adecuadas, un diagnóstico de cáncer deja de ser sinónimo de desprotección económica: hoy existen pólizas de salud que cubren integralmente desde la quimioterapia hasta la hospitalización. Informarse bien y comparar las distintas alternativas es clave para encontrar el seguro más adecuado a cada circunstancia, y así afrontar el porvenir con la tranquilidad de estar respaldado.

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