No hay una cifra única, ya que el Impuesto de Sucesiones es progresivo (a mayor herencia, mayor porcentaje) y cada comunidad autónoma establece sus propias tablas de gravamen y bonificaciones. En muchas regiones de España, actualmente las herencias en línea directa (de padres a hijos, entre cónyuges, etc.) disfrutan de grandes bonificaciones, incluso del 99%. Por ejemplo, Comunidades como Madrid, Andalucía, Murcia, Cantabria, Extremadura, la Comunidad Valenciana, Baleares, etc., prácticamente han suprimido este impuesto para hijos, padres o cónyuge, aplicando bonificaciones del 99% (es decir, se paga solo el 1% de la cuota). En otras regiones hay reducciones cuantiosas: Aragón bonifica un 65% las herencias inferiores a 100.000 € (y hasta el 100% bajo ciertos límites elevados), Navarra y Castilla-La Mancha eximen hasta 300.000 €, País Vasco y Baleares hasta 400.000 €, etc. Esto significa que, en la práctica, la mayoría de herederos directos pagan poco o nada por heredar dinero de un familiar cercano. Ahora bien, si la herencia es muy grande o el heredero es un familiar lejano (o no hay parentesco), el impuesto puede ser significativo. Cada caso es particular: por eso es importante consultar la normativa de la comunidad autónoma correspondiente o un asesor fiscal para calcular el importe exacto.