Cómo actuar en caso de incendio: protocolo, medidas y prevención

Ante la creciente propagación de incendios, es fundamental saber cómo reaccionar correctamente si te ves envuelto en uno. Los incendios pueden ocurrir en el hogar, en el trabajo o incluso al aire libre, y una respuesta adecuada marca la diferencia en la seguridad de tu familia y la tuya.

Tabla de contenidos

Protocolo de actuación en caso de incendio

Si descubres un incendio, mantén la calma y actúa de inmediato siguiendo estas pautas básicas:

  • Llama al 112: Contacta al número de emergencias en cuanto detectes el fuego o humo, proporcionando la ubicación y detalles del incendio. Este es el primer paso para movilizar ayuda profesional.
  • Evacúa rápidamente: Sal del lugar lo antes posible. No pierdas tiempo intentando salvar objetos de valor; lo primero es ponerse a salvo. Usa siempre las escaleras, nunca el ascensor, ya que podría fallar o llenarse de humo.
  • Cierra las puertas al salir: Al evacuar cada estancia, cierra la puerta tras de ti. Esto ayuda a ralentizar la propagación del fuego y el humo.
  • Avanza agachado o gateando: El humo tóxico sube con el calor, por lo que el aire más respirable está cerca del suelo. Desplázate a gatas o en cuclillas para evitar inhalar humo.
  • Cúbrete nariz y boca: Si hay mucho humo, tapa nariz y boca con un pañuelo o tela preferiblemente húmedos. Esto filtra parte de los gases tóxicos y te permitirá respirar mejor.
  • Ten precaución con las puertas: Antes de abrir una puerta cerrada, toca la manija o la puerta con el dorso de la mano. Si está caliente o ves humo por debajo, no la abras; el fuego podría estar del otro lado. En ese caso, busca otra salida o una ventana. Si la puerta está fría y sin humo debajo, ábrela lentamente y continúa evacuando, pero ciérrala de inmediato si entra humo o llamas.
  • No uses agua en fuegos eléctricos o de aceite: Si el incendio proviene de una instalación eléctrica o una sartén con aceite, no eches agua, ya que empeorará la situación. Desconecta la corriente si es un fuego eléctrico, y en fuegos de aceite utiliza una tapa o extintor adecuado.
  • Si el fuego es pequeño y cuentas con un extintor: Puedes intentar apagar con el extintor solo si sabes usarlo y no arriesgas tu seguridad. Recuerda la técnica básica: tirar de la anilla de seguridad, apuntar a la base del fuego, presionar el gatillo y mover el chorro de lado a lado. Si no logras controlarlo en segundos, evacua.
  • Si tu ropa prende fuego: Detente de inmediato. No corras, pues avivarás las llamas. Tírate al suelo y rueda varias veces cubriendo tu cara con las manos hasta sofocar las llamas. Esta técnica de «detenerse, tirarse y rodar» puede salvarte de quemaduras graves. Si ves a otra persona envuelta en llamas, ayúdala a tumbarse y apágala cubriéndola con una manta pesada o abrigo, haciéndola rodar por el suelo.
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Si no puedes evacuar: medidas de emergencia

En ocasiones el fuego o el humo bloquean las rutas de escape. Si te quedas atrapado y no es posible salir al exterior de forma segura, sigue estos consejos:

  • Refúgiate en una habitación alejada del fuego: Elige una habitación lo más apartada posible del incendio, idealmente con ventana al exterior. Cierra la puerta y tapa las rendijas con toallas o trapos húmedos para impedir que entre el humo.

  • Asómate por la ventana y pide ayuda: Hazte visible para los bomberos. Señaliza tu posición sacando por la ventana un paño llamativo (mejor blanco) o usando una linterna. Grita o haz ruido si ves personas fuera. No rompas la ventana a menos que sea absolutamente necesario (romperla puede avivar el fuego con el aire entrante). Mantén la ventana cerrada si el humo de fuera entra; ábrela solo para señales de auxilio y ciérrala de nuevo.

  • Llama al 112 para informar tu situación: Si estás atrapado, llama nuevamente al 112 para indicar exactamente dónde te encuentras (piso, habitación) y que no puedes salir. Los servicios de emergencia te localizarán y rescatarán prioritariamente.

  • Evita el humo a toda costa: Permanece agachado en la habitación. Si el humo logra entrar, cúbrete nariz y boca con un paño húmedo e intenta respirar lentamente. Recuerda que inhalar humo es extremadamente peligroso, es la causa de la mayoría de fallecimientos en incendios domésticos. De hecho, la intoxicación por humo causa más de la mitad de las muertes en incendios.

  • No entres en pánico: Aunque la situación sea angustiante, trata de conservar la calma. Muchas personas sobreviven refugiadas adecuadamente hasta que llegan los bomberos. Confía en que la ayuda viene en camino mientras tomas estas medidas de autoprotección.

¿Cómo actuar en un incendio forestal?

Si te sorprende un incendio forestal en exteriores, la estrategia cambia ligeramente, pero algunos principios se mantienen:

  • Aléjate cuanto antes: Notifica al 112 de inmediato si ves un incendio forestal iniciándose. Si estás en el campo o montaña, evacúa la zona siguiendo rutas despejadas de vegetación. Dirígete en dirección opuesta al viento (el fuego se propaga con el viento) y, si es posible, hacia abajo en zonas bajas o laterales del monte, evitando colinas y barrancos sin salida.

  • Si el fuego es pequeño y puedes atacarlo sin peligro: Para conatos de incendio forestal incipiente, puedes intentar apagar las llamas incipientes arrojando agua, tierra o sofocándolas con ramas verdes en la base del fuego. Solo haz esto si el fuego es muy pequeño y tienes una ruta de escape segura a tu espalda.

  • Busca áreas seguras: Si las llamas te rodean y no puedes escapar, procura estar en una zona ya quemada (donde el fuego no encontrará más combustible) o en un claro sin vegetación. Acuéstate en el suelo y cubre tu cuerpo, preferiblemente con tierra o una manta, intentando proteger tus vías respiratorias del calor y el humo.

  • Nunca subestimes la velocidad del fuego: Los incendios forestales pueden avanzar rápidamente. No intentes superar corriendo un frente de fuego colina arriba o contra el viento; en lugar de eso, cambia de dirección hacia zonas con menos maleza. Siempre sigue las instrucciones de las autoridades si hay órdenes de evacuación en tu área.

Prevención de incendios y medidas de seguridad

La mejor forma de sobrevivir a un incendio es prevenir que ocurra o estar preparado en caso de que suceda. Aquí tienes medidas de prevención en el hogar y lugares cerrados:

  • Instala detectores de humo: Un simple detector puede salvar vidas. Estos dispositivos baratos emiten una alarma temprana al detectar humo, lo que te da tiempo para reaccionar. Se estima que tener detectores en casa duplica las probabilidades de sobrevivir a un incendio doméstico. Según un estudio, dos de cada tres fallecidos en incendios domésticos podrían haberse evitado con detectores de humo funcionando. Coloca al menos un detector en cada planta de la vivienda, especialmente cerca de dormitorios y cocina, y verifica sus baterías regularmente.

  • Ten un plan de evacuación familiar: Asegúrate de que todos en casa sepan qué hacer en caso de incendio. Estableced rutas de salida (al menos dos por habitación si es posible, por ejemplo puerta y ventana) y un punto de encuentro seguro en el exterior. Practica simulacros con tu familia, incluyendo a los niños, para que reconozcan la alarma del detector y sepan cómo actuar.

  • Extremar cuidados con fuentes de calor y electricidad: No dejes velas encendidas sin supervisión ni fumes en la cama. En la cocina, nunca abandones sartenes al fuego; el aceite sobrecalentado es una causa común de incendios. Mantén chimeneas y estufas limpias de residuos. Revisa la instalación eléctrica de tu hogar: evita sobrecargar enchufes con regletas múltiples y sustituye cables pelados o aparatos defectuosos, ya que los cortocircuitos son una fuente frecuente de incendios.

  • Mantén extintores y mantas ignífugas a mano: Es recomendable disponer de un extintor doméstico (de polvo ABC o de CO₂) en lugares accesibles como la cocina y el garaje. Igualmente, una manta ignífuga puede sofocar fuegos de sartén o incendios incipientes. Aprende a utilizar estos equipos con anticipación (puedes pedir instrucciones en cursos básicos de bomberos). Recuerda: un extintor es eficaz solo en los primeros instantes del fuego; úsalo apuntando a la base de las llamas y realizando movimientos horizontales hasta apagarlas. Si el fuego crece, no te la juegues intentando ser héroe: evacua y deja que los bomberos se encarguen.

  • Cuidado con el gas: Si usas gas butano o natural, instala detectores de gas y cierra la llave de paso cuando no esté en uso. Ventila la cocina regularmente pero sin corrientes excesivas que apaguen llamas. Ante olor a gas, no enciendas interruptores ni llamas; ventila y llama a un técnico. Una explosión por gas puede desencadenar un incendio devastador.

Adicionalmente, mantener un botiquín de primeros auxilios en casa es aconsejable, incluyendo elementos para tratar quemaduras (como gasas estériles y pomada para quemaduras). Esto ayudará a atender lesiones leves tras un incidente, antes de que llegue ayuda médica.

Conclusión: la importancia de estar preparados (y asegurados)

Enfrentar un incendio es una situación extrema que nadie desea vivir, pero estar preparado marca la diferencia. Conocer el protocolo de actuación y las medidas de prevención puede salvar vidas y reducir el impacto de este tipo de accidentes. Siguiendo estos consejos, cualquier persona –particulares y familias– podrá responder con más seguridad ante un incendio, ya sea en casa o fuera de ella.

Por último, hay que recordar que las consecuencias de un incendio no solo se limitan al momento del suceso. Después de un incendio, puede haber lesiones, gastos médicos y pérdidas materiales. Aquí es donde los seguros de accidentes personales cobran relevancia. Este tipo de seguro proporciona un respaldo económico en caso de lesiones o fallecimiento causados por accidentes, incluyendo incendios y otras emergencias. Un seguro de accidentes personales adecuado puede cubrir gastos médicos por quemaduras u otras heridas, indemnizar por invalidez permanente e incluso ofrecer un apoyo a la familia en caso de una tragedia mayor. En otras palabras, aporta tranquilidad financiera mientras te recuperas y te ayuda a mitigar el impacto económico de un accidente inesperado.

En conclusión, actuar con rapidez y prudencia ante un incendio y contar con las debidas medidas de prevención es vital para proteger lo más importante: tu vida y la de los tuyos. Y para reforzar esa protección, un seguro de accidentes personales es un aliado que te brindará ayuda cuando más la necesites, porque incluso después del fuego, lo esencial es que tú y tu familia podáis salir adelante seguros y protegidos.

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